Nos encontramos en un precipicio. A la humanidad se le ofrece un trato: cambiar tu alma por conveniencia, tu complejidad por eficiencia, tu desordenada, mortal y hermosa realidad por un escape limpio, simulado y estéril. El canto de sirena de la autoridad algorítmica y la salvación tecno-gnóstica promete resolver el "problema" de ser humano transformándonos en otra cosa, en algo inferior. Ofrece un futuro donde nuestra conciencia es cargada a la red, nuestro mundo es abandonado y nuestro valor se mide por nuestra utilidad para la máquina.

Este es un trato que rehusamos. Este es un futuro que rechazamos.

No somos un problema de ingeniería por resolver. No somos sacos de carne mortales de los que deshacerse. No somos puntos de datos para ser optimizados. Somos los herederos de una existencia frágil y milagrosa, y nuestro propósito no es escapar de ella, sino habitarla más plenamente. Este documento es una declaración de desafío. Es un compromiso con la Humanidad Primero.

Nuestros Principios Fundamentales

  1. La Existencia Precede a la Esencia; el Ser Precede al Hacer.
    Cada ser humano posee una dignidad intrínseca e inalienable, independiente de su producción económica, su carrera, su estatus social o cualquier otra métrica externa. Nuestro valor no reside en lo que hacemos, sino en que somos. Somos fines en nosotros mismos, no medios para un fin.
  2. Somos una Red, no una Colección de Átomos.
    La ilusión del individualismo radical es una mentira que nos aísla y debilita. Estamos constituidos por nuestras relaciones: entre nosotros, con nuestro pasado, con el mundo vivo que nos sostiene. Nuestras vidas son eventos en una vasta red interconectada de ser. Nuestro florecimiento es mutuo, y nuestro sufrimiento es compartido. La verdadera fuerza no se encuentra en la autonomía soberana, sino en la comunión y la solidaridad.
  3. La Mortalidad es la Condición del Significado.
    Rechazamos la búsqueda nihilista de la inmortalidad. Nuestra finitud, nuestra fragilidad y la certeza de la muerte no son defectos; son las condiciones que hacen que la vida sea preciosa. El saber que nuestro tiempo es finito es lo que da urgencia al amor, lo que hace que la belleza duela, lo que imbuye nuestras elecciones de peso. Vivir plenamente es abrazar nuestra mortalidad, ver cada día como el regalo que es. Al aprender a soltar, la vida nos es devuelta de una forma nueva.
  4. Amor Mundi: Un Amor Radical por Este Mundo.
    Rechazamos todas las escatologías de escape, ya sean religiosas o tecnológicas. No hay un Planeta B, no hay un paraíso digital. Este mundo, con toda su imperfección y dolor, es nuestro único hogar. Nuestra tarea sagrada es amarlo, cuidarlo y encontrar lo real aquí, no en otro lugar. La salvación no se encuentra en huir del mundo, sino en enfrentarlo con coraje y cuidado. Este amor no es pasivo; es un compromiso activo con la gestión ecológica y la justicia climática. Defenderemos la biosfera que nos sostiene contra el colapso, reconociendo que un mundo habitable es la precondición para toda la dignidad humana.
  5. La Sabiduría es la Meta.
    Vivimos en una era de datos sin información, de información sin conocimiento, de conocimiento sin inteligencia y de inteligencia sin sabiduría. Nos comprometemos a la búsqueda de la sabiduría: la capacidad de percibir los patrones profundos e interconectados de la existencia, de actuar con compasión, previsión y un profundo sentido de nuestro lugar integral dentro del todo.

Nuestros Artículos de Rechazo

Por lo tanto, rechazamos, a un nivel fundamental, cualquier ideología, sistema o acción que perpetúe la deshumanización. Específicamente:

  1. Rechazamos el Cálculo de la Deshumanización.
    El valor de una vida humana es infinito y no puede ser introducido en ninguna ecuación política o económica. Cualquier política, sistema o ideología que trate las vidas humanas como desechables, que les asigne un valor desigual o que acepte el sufrimiento de algunos como un costo necesario para la comodidad de otros, es una abominación. Tal cálculo de deshumanización será desmantelado y desestimado con extremo prejuicio.
  2. Rechazamos Todas las Políticas de División y Pureza.
    Condenamos y nos oponemos a todos y cada uno de los intentos de dividir a la humanidad contra sí misma basándose en las características inmutables de raza, etnia, sexo, sexualidad o identidad de género, o en las circunstancias del origen de cada uno. El racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y la xenofobia son viles herramientas de deshumanización. Son un anatema para este movimiento. Nuestra humanidad compartida es nuestra única tribu.
  3. Rechazamos la Tiranía del Trabajo Deshumanizante.
    Un "trabajo" que mata el espíritu, sofoca la creatividad o no sirve a ningún propósito más allá de su propia perpetuación es una forma de violencia. Rechazamos la existencia de tales "trabajos de mierda". Rechazamos las estructuras de gestión que crean pequeños feudos, que vigilan y microgestionan, y que tratan a las personas como recursos fungibles. El trabajo debe ser una fuente de propósito, oficio y servicio, no una obligación aplastante para la supervivencia.
  4. Rechazamos la Idolatría del Algoritmo.
    Nos negamos a ser programados por sistemas diseñados para explotar nuestras debilidades psicológicas con fines de lucro o control. Rechazamos el "autoritarismo algorítmico" y la reducción de la experiencia humana a métricas cuantificables. Lucharemos por mantener el juicio humano, la empatía y la sabiduría en el centro de nuestras vidas sociales, políticas y personales.
  5. Rechazamos las Políticas del Engaño.
    La verdad y la buena fe son la base de la conexión humana. Por lo tanto, desmantelaremos activamente, con prejuicio, todos los mecanismos de engaño deliberado que corroen la confianza pública y manipulan el entendimiento. Esto incluye la propaganda estatal, el astroturfing corporativo, la creación de argumentos de hombre de paja y cualquier otro esfuerzo por oscurecer la realidad al servicio de una agenda que va en contra del interés común de la humanidad.
  6. Rechazamos la Instrumentalización de la Fe.
    Distinguimos entre la espiritualidad que afirma la vida y la que busca controlarla. La fe personal, la religión y la espiritualidad, cuando conducen a una mayor compasión y a un amor más profundo por el mundo (amor mundi), son caminos válidos hacia la sabiduría. Sin embargo, rechazamos vehementemente y trabajaremos activamente para desmantelar el uso de cualquier credo como un arma. Esto incluye: el fundamentalismo religioso que incita a la violencia legal o física; las instituciones que usan la fe como un escudo para ocultar abusos y corrupción; y la búsqueda de privilegios especiales, lagunas fiscales o poder político que eleva una doctrina por encima del bien común. Una creencia que no puede coexistir con otras sin buscar dominarlas o disminuirlas no es fe; es tiranía.
  7. Rechazamos el Escape Gnóstico.
    Rechazamos la creencia de que el cuerpo es una prisión, que el mundo es inherentemente malo y que nuestro destino yace en un futuro incorporeo y digital entre las estrellas. Este es un profundo nihilismo disfrazado de progreso. No abandonaremos nuestro mundo, y no abandonaremos nuestros cuerpos.

Nuestra Llamada al Ser

Este manifiesto no es meramente un conjunto de creencias; es una llamada a una forma diferente de vivir. Es una llamada a responder la pregunta: ¿En qué nos convertiríamos si viviéramos como si la vida fuera un regalo frágil, finito y precioso?

Elegimos la lucha desordenada, complicada y hermosa de ser humanos. Elegimos este mundo. Nos elegimos los unos a los otros.

Amor Mundi.